Bate corrido para otro grupo de personajillos de la vida pública que salieron rajados durante la vigencia 2018, no cumplieron con sus funciones, no tienen logros que mostrar y son protagonistas de un estrepitoso fracaso en sus respectivas posiciones de privilegio.
El primer rajado en esta nueva tanda es Jaime Berdugo, pasó con más pena que gloria por la dirección del Área Metropolitana de Barranquilla, las tareas que le encomendaron, todas, quedaron inconclusas y eso evidencia su fracaso.
No hay duda, Berdugo es un buen muchacho, tiene una gran preparación académica, pero quedó demostrado, de nada le sirve tanta teoría en su cabeza, porque es incapaz a la hora de ejecutar. El timorato Jaime, había salido apabullado y derrotado de la Secretaria del Interior del Atlántico en tiempos del inocentón Segebre.
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Pierde el año el Personero de Barranquilla, Jaime San Juan, una autentica figura decorativa, no habla, no se le conoce gestión ni actuación alguna, ni quita ni pone y parece representar a la población de sordo-mudos del distrito.
Alguien que lo conoce muy de cerca me dijo que hay que reconocerle, es un buen administrador de inmuebles ajenos, por ejemplo, de la familia Gerlein, muy golpeada por estos días.
Recordamos un refrán utilizado por Horacio Serpa cuando figuraba en las primeras planas: San Juan no es “ni chicha, ni limonada”
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Otro ilustre fracasado del año 2018, el Contralor departamental Carlos Rodríguez, definitivamente, más significación tiene un saludo a la bandera, ha sido incapaz de auditar y denunciar la cuestionada administración de la sepulturera Rocío Gamarra en el Hospital Cari y muchos otros casos que, de manera extraña, han pasado de “agache”, durante su periodo. Al revisar la muy pobre gestión de Rodríguez, surge un interrogante: Contraloría para qué?
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El 2018 deja un alto grado de insatisfacción en municipios del área metropolitana: Galapa, por ejemplo, ha sufrido un estancamiento con la administración de Carlos Alberto Silvera.
“Beto” como le llaman sus amigos, presenta unos indicadores poco favorables, una pobre gestión, cero autonomía y según nos informan desde Galapa, en esa Alcaldía no se mueve una hoja sin la aprobación del legendario “gordo” Vargas, es decir, “Beto” resultó un eficiente títere.
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En Puerto Colombia vivieron un año de desilusiones, el Alcalde Steimer Mantilla anda dedicado a todo, menos a trabajar y mucho menos a gestionar.
No hay proyectos significativos, no hay obras, no se ve la inversión de los recursos que deja una alta tributación generada por nuevos predios y desarrollo privado generado por la expansión de Barranquilla.
El de Mantilla, es un gobierno “en cuerpo ajeno”, una continuación del nefasto paso de su carnal Altahona por la Alcaldía de ese municipio.
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No nos equivocamos cuando dijimos que de “Bello” Malambo no tiene nada y no es por ofender ni fastidiar, lo hago para calificar un gobierno gris, sin esperanzas para ese municipio.
Efraín Bello resultó un fiasco, Malambo sigue anclado en el pasado, los mismos problemas, pésimo servicio de acueducto y alcantarillado, la salud en crisis, no hay obras de infraestructura, alta inseguridad, indicadores educativos muy pobres. Hay quienes se atreven a decir: “Bello prometió mucho y no construyó un bordillo nuevo”.
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Igual sucede en Sabanalarga, la gente decepcionada del populista “gordo” Chams, muy mal Alcalde, depredador de presupuesto e insaciable devorador de chicharrones con yuca.
¡Seguimos bateando!