En la sala de juntas de la Gobernación del Atlántico estaban todos. Directivos de los diferentes gremios de la producción, representantes de la Alcaldía de Barranquilla, la Cámara de Comercio, el concesionario del Aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz y por supuesto, el gobernador Eduardo Verano, quien oficiaba como anfitrión y gestor de la reunión.
El propósito no era otro que tratar de persuadir a Germán Efromovich, presidente de la Junta Directiva de Avianca y máximo accionista de la compañía, de replantear la decisión del cambio de horario del vuelo directo Barranquilla-Miami, que desde hace casi quince días sale del aeropuerto local a las 3:19 a.m. y no a las 10:54 am, tal como venía funcionando desde hace muchos años.
Los presentes expusieron uno a uno las razones para modificar la inusual hora del vuelo, aduciendo aspectos de competitividad, dificultades para poder vender la ciudad como destino turístico y de negocios, inconvenientes para trasladarse a esas horas con niños pequeños, adultos mayores o personas en condición de discapacidad, entre otras, pero el señor Efromovich no se conmovió con ninguno de los argumentos presentados.
Acto seguido, el dueño de Avianca atendió a los medios de comunicación que estaban presentes, cubriendo la esperada reunión, para decirle de manera enfática y descarnada que el vuelo se mantendrá en ese horario y que, palabras más, palabras menos, Barranquilla no le ofrece a la aerolínea la suficiente demanda de tiquetes, como para que ellos consideren siquiera devolver el polémico vuelo a su horario inicial.
Se le abona al gobernador Verano el noble propósito de abrir este espacio que buscaba un mejor trato de Avianca hacia la ciudad que la vio nacer como aerolínea el 5 de diciembre de 1919, pero sobretodo, la ciudad natal de la familia Santo Domingo, antiguos propietarios de Avianca, que decidieron vendérsela a Efromovich, hace ya 14 años. Sin embargo, el empresario fue muy claro, esto es un negocio y aquí no se modifica nada.
Dura respuesta a una ciudad que fue definitiva para fortalecer a Avianca, que dicho sea de paso, maneja una evidente posición dominante en la aviación nacional, a tal punto, que se ha convertido en una especie de dictadura, que caprichosamente y sin entregar mayores explicaciones a sus usuarios, cambia horarios y cancela vuelos, maltratando a los viajeros, quienes deben resignarse a ser manipulados a su antojo por Avianca, ante la falta de alternativas en materia de rutas y frecuencias.
No quisiera ni pensar qué pasará ahora que comience la temporada fuerte de vacaciones, con aquellos viajeros que tendrán que llegar al Ernesto Cortissoz a las 12 de la noche, muchos de ellos con una buena cantidad de dólares en efectivo, poniendo en riesgo su seguridad y la de su familia. No hay duda que serían presas fáciles de los delincuentes.
Y qué decir de la trasnochada de los bebés y niños pequeños, la incomodidad para los adultos mayores y llegar a Miami, sin haber dormido durante toda la noche. En vez de ganarse un día por llegar temprano, se pierde uno, porque llegarán a Miami buscando una cama para poder descansar.
Regresando a la reunión de la Gobernación, Efromovich les dijo a los asistentes que trabajarán para aumentar el numero de viajeros y así Avianca fijaría varios vuelos a Miami. Nada que hacer, nosotros miramos las cosas desde el punto de vista del viajero y la inflexible aerolínea lo llevará al plano empresarial. Conclusión, la implacable dictadura sigue y sin mayores alternativas, a la gente le tocará viajar en el vuelo del trasnocho.
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