“Voy al centro de rehabilitación”, aseguró Mayorga, quien reinó en las 147 y 154 libras. Está próximo a cumplir 47 años.
Mayorga, al que testigos han visto deambulando por las calles de Managua como indigente, luce delgado y demacrado, según esas imágenes divulgadas por Álvarez, en la que apenas podía articular palabras.
Álvarez dijo a EFE que ha emprendido una campaña para ayudar a Mayorga para salir de esa adicción. Explicó que él es Embajador de Obras Sociales del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y se ha puesto en contacto con Mauricio Sulaimán para apoyar a Mayorga.
La idea es inscribir a Mayorga en un centro de rehabilitación en Nicaragua y, posteriormente, cuando se reanuden los vuelos, en otro país.
“El objetivo es sacarlo de las drogas, del vicio y apartarlo de las malas compañías”, sostuvo.
Álvarez aseguró que hace seis días recibió una llamada de Herenia Silva, esposa de Mayorga, y le contó sobre la situación de su marido y le pidió apoyo.
El pasado enero, un grupo de desconocidos golpeó y asaltó a Mayorga, quien tuvo que ser hospitalizado producto de la golpiza, aunque luego fue dado de alta. El expugilista nicaragüense, quien reside en la casa de su madre en Managua, es un excéntrico personaje que ganó varios millones de dólares al enfrentar a los mejores peleadores entre 2001 y 2015.
Generaba polémica al dedicar palabras fuertes a sus rivales y a sus madres, subir comiendo a la báscula, fumar sobre el cuadrilátero o dejarse golpear en la cara en peleas, sin mostrar dolor.
EFE
