En 1985, cuando al Junior vino como director técnico Roberto Marcos Saporiti, también estuvo muy cerca de llegar un portero muy joven, que después se convertiría en uno de los mejores del fútbol argentino.
Se trataba de Carlos Fernando Navarro Montoya, un chico que en ese entonces tenía 19 años y tapaba en Vélez Sarsfield. Había nacido en Medellín en 1966, año en que su padre, Ricardo Jorge Navarro, actuó en Atlético Nacional, y se enamoró de una mujer paisa, con quien lo concibió. Era colombiano, pero su acento y costumbres eran argentinas.
Junior empezó a hacer la gestión para contratar al ‘Mono’ Navarro Montoya. Por donde se le mirara era un buen negocio: era joven, no iba a ocupar cupo de extranjero y se tenían buenas referencias suyas.
Fabio Poveda Márquez, quien estaba en Argentina acompañando a los directivos del Junior, lo entrevistó para su programa y en este Navarro Montoya expresó su complacencia por llegar al fútbol colombiano y a un club como Junior.
Todo iba por buen camino, era prácticamente un hecho que Navarro Montoya sería el nuevo portero del Junior, con el que tenía prácticamente todo acordado. Sin embargo, todo cambió cuando en escena apareció el América de Cali, que puso más dinero sobre la mesa y se quedó con el jugador.
América no necesitaba a Navarro Montoya. Su arquero era Julio César Falcioni, a quien nadie le discutía su titularidad y su ascendencia en el equipo escarlata. Simplemente no quería que Junior se armara y por ello decidió interponerse en la negociación. En aquel tiempo, jugador que se destacaba en cualquier equipo, América se lo llevaba y, salvo contadas excepciones, poco lo utilizaba.
Ese año, América le prestó a Navarro Montoya a Vélez, mientras Junior tuvo que salir desesperadamente a buscar arquero y trajo por descarte a Óscar Quiroga, quien fue un fiasco.
También en 1985, Navarro Montoya fue convocado por Gabriel Ochoa Uribe a la Selección Colombia que disputó el repechaje para el Mundial de México 86 contra Paraguay, en los que estuvo como titular. En su debut, Colombia fue goleado 3-0 por Paraguay, en Asunción, mientras que en el partido de vuelta, jugado en Cali, se impuso 2-1.
En 1986, América lo cedió en préstamo a Independiente Santa Fe y le tocó enfrentar a Junior en el último partido que el equipo barranquillero jugó en el viejo Romelio Martínez. Junior ganó 2-0 con goles de Julio César Uribe y Rolando Campbell. Después vino al recién inaugurado estadio Metropolitano. Ese día, Navarro Montoya exasperó a la gente por la quemadera de tiempo y también por maltratar la grama cada vez que se disponía a realizar un saque de meta. Aquella tarde, Santa Fe ganó 2-1 con un doblete de Oswaldo Coloccini.
A Navarro Montoya le costó su decisión de representar a Colombia, ya que por esto no pudo jugar con la selección Argentina. Agotó todos los recursos, acudió a todas las instancias, pero nunca pudo lograr que la Fifa accediera a su petición.
Su etapa de mayor brillo fue en Boca Juniors, donde estuvo entre 1988 y 1996 cuando se fue a jugar a España, donde actualmente reside.
Por Manuel Ortega Ponce