El fracaso del proyecto deportivo del Junior en el primer torneo de 2002, en el que terminó en el puesto 12 con 26 puntos, trajo como consecuencia la salida de varios jugadores veteranos del equipo como Oswaldo Mackenzie, Néstor Salazar, Bélmer Aguilar y Marquinho, quienes se sumaron a los tres que fueron licenciados en pleno campeonato por cometer actos de indisciplina: Eulalio Arriaga, Elson Becerra y Ricardo Ciciliano.
En medio del descalabro económico del equipo en ese primer semestre, la junta directiva, presidida por Hernán Yunis, decidió apostar por un proceso con jugadores de la cantera, el cual sería comandado por Julio Comesaña, quien en el primer torneo había reemplazado a Dulio Miranda, quien apenas dirigió cuatro partidos. De los refuerzos contratados a comienzos de año solo se mantuvieron el portero argentino Julio César Gaona, el defensa central barranquillero Javier Martínez y el volante antioqueño Carlos ‘Ganiza’ Ortiz.
La única contratación para el segundo torneo fue la del volante argentino Javier Cappelletti, proveniente de Rosario Central. También se sumó a prueba el delantero antioqueño Carlos Andrés Vásquez, quien finalmente no se quedó en el equipo.
Comesaña echó mano de la base de jugadores jóvenes que había actuado en el primer semestre con Dulio Miranda, como Roberto Peñaloza, Eduardo Moreno, Leonardo Rojano, Javier Flórez, Martín Arzuaga y Jorge Amara. Siguió brindándole la confianza a Émerson Acuña, a quien le había dado minutos luego de la salida de Arriaga y Becerra, e incorporó a otros como Carlos Lara, César Fawcett, Macnelly Torres, Evert Salas, Pedro Ortega, Rubén Darío Gamboa, Léiner Rolong, Francisco Alvear y Jámerson Rentería.
Junior arrancó el segundo torneo contra Atlético Nacional, partido que ganó 1-0 con gol de Cappelletti, pero que luego perdió en el escritorio por la alineación irregular de Pedro Ortega, quien ingresó a la cancha sin estar inscrito en la planilla. Al percatarse del error, Ortega salió y Junior realizó un cuarto cambio: Fawcett por Gamboa. La falla fue del gerente deportivo y delegado Carlos ‘Papi’ Peña, quien por este motivo puso su cargo a disposición de la junta directiva, que le brindó su respaldo para que continuara desempeñando esta función.
La pérdida de los puntos contra Nacional fue un golpe duro para el equipo rojiblanco, que ya empezaba a merodear los puestos bajos en la tabla de descenso. Después de una derrota 1-0 ante Envigado y un empate 1-1 en casa con Real Cartagena, la situación parecía mejorar tras cosechar dos triunfos seguidos: 3-0 sobre Unión Magdalena, en Barranquilla, y 2-0, como visitante, sobre el Medellín.
Pero a partir de ahí, Junior cayó en un bache en el que sumó siete partidos consecutivos sin conocer la victoria (cinco empates y dos derrotas). Comesaña después del empate 1-1 ante América, en Cali, sorprendió al presentar su renuncia y en su lugar fue designado como técnico encargado Alexis Mendoza, quien venía oficiando como asistente.
Un mes antes de la salida de Comesaña, en Junior se había dado un relevo en la presidencia: se fue Hernán Yunis, quien asumió como miembro del comité ejecutivo de la Federación Colombiana de Fútbol, y llegó Arturo Char, quien ocupaba el cargo de vicepresidente y reiteró su respaldo al proceso con jugadores de la cantera.
Tres días después de su renuncia, Julio Comesaña concedió una rueda de prensa en la que dio a conocer los motivos de su salida. “Me fui del Junior porque no era el hombre de confianza y no tenía afinidad con un sector de la dirigencia del club que no me miraba con agrado”, afirmó en aquel momento el técnico colombo-uruguayo, quien de esta manera dejó en claro sus diferencias con el nuevo presidente.
“Ya no me sentía a gusto en el Junior, ya no disfrutaba, no encontraba reciprocidad y no había empuje ni unidad. No todo era la plata, ese apenas es uno de los problemas, porque no es necesaria la plata para bajar al vestuario cuando el equipo no gana; no es necesaria la plata para sentarse a almorzar con los jugadores; no es necesaria la plata para ir a los entrenamientos, ni se necesita mucho para viajar con el equipo”, agregó.
Alexis Mendoza dirigió los últimos 10 partidos del campeonato con saldo de dos triunfos, tres empates y cinco derrotas. Junior terminó penúltimo entre 18 equipos con apenas 21 puntos. Con Alexis actuaron otros jugadores provenientes de las divisiones menores como Darwin Diazgranados, Mario Macea y César Camacho.
Miranovic, Pinto y el ‘Zurdo’
Para 2003 salieron del equipo Gaona, Martínez y Ortiz y Arturo Char contrató como técnico al montenegrino Dragan Miranovic, quien vino de Santa Fe y con la base de jugadores del 2002, reforzada por otros que volvieron al equipo como Eulalio Arriaga, Marquinho y Orlando Ballesteros, la contratación del defensa Édgar Zapata y el portero Milton Patiño, logró el subtítulo del Torneo Apertura.
Miranovic no continuó para el segundo semestre y en su reemplazo vino el extécnico de la selección ecuatoriana Dussan Draskovic, quien no colmó las expectativas y apenas duró cuatro partidos. Después de sondear varios entrenadores, finalmente fue contratado Jorge Luis Pinto, quien logró meter al equipo en los cuadrangulares, en cuya última fecha perdió la opción de clasificar a la final tras caer 1-0 con la suplencia del Medellín.
Pinto fue ratificado para el año siguiente y, con la misma base de jugadores, más la incorporación del portero uruguayo Mauricio Caro, quien fue un desastre y cedió su lugar a Carlos Pérez, y el atacante guajiro Yhoner Toro, volvió a clasificar a los cuadrangulares, pero resignó la posibilidad de acceder a la final tras una aparatosa derrota 4-0, en casa, con Atlético Nacional.
A Pinto no le renovaron el contrato y fue sustituido por el ‘Zurdo’ López. Con Pinto también se marchó el presidente Arturo Char, quien le dejó el cargo a su hermano Antonio. El santandereano dejó armado el equipo que conquistaría la quinta estrella en diciembre, en la vibrante final contra Nacional, que se definió por tiros desde el punto penal. El ‘Zurdo’ le sumó a los argentinos Omar Pérez y Walter Ribonetto, al portero Luis Fernández, al volante Juan Carlos Quintero y al atacante Wilson Carpintero.
Del equipo que se coronó campeón aquel 19 de diciembre de 2004, en Medellín, nueve de sus integrantes habían estado en el 2002 con Comesaña: Hayder Palacio, Roberto Peñaloza, José Amaya, Martín Arzuaga, Leonardo Rojano, Francisco Alvear, Evert Salas, Émerson Acuña y Macnelly Torres. Cristian Racero era cuota del ‘Zurdo’ y Daniel Machacón de Pinto. También integraron ese plantel otros jugadores que hicieron parte del proceso del 2002 como César Fawcett, Léiner Rolong, Jorge Amara, Javier Flórez, Pedro Ortega y Eduardo Moreno y otros que no estuvieron en ese equipo como Orlando Ballesteros, Édgar Zapata, Lin Carlos Henry y Fredys Arrieta.
Sin duda alguna, el proceso que arrancó a mediados del 2002 fue la primera piedra para la conquista de la quinta estrella. El trabajo que inició Comesaña, perfeccionado después por Dragan Miranovic y Jorge Luis Pinto y culminado por el ‘Zurdo’ López, había dado sus frutos sin realizar grandes inversiones.
Para Julio Comesaña, el trabajo que comenzó en 2002 y terminó con el título del 2004, fue similar al realizado en 2008, cuando Junior se zafó del descenso, y 2009, cuando perdió la final con Once Caldas. En su opinión, este último también tuvo un exitoso final en 2010 con el título alcanzado bajo la dirección técnica de Diego Édison Umaña.
Por Manuel Ortega Ponce