René Higuita dejó su impronta en la Copa Libertadores que Atlético Nacional ganó en 1989 por tiros desde el punto penal al Olimpia de Paraguay. Esa noche del 31 de mayo, en El Campín de Bogotá, el guardameta antioqueño se cubrió de gloria al atajar cuatro cobros desde los doce pasos de los paraguayos.
Ese mismo año, Higuita fue el arquero titular de la Selección Colombia que obtuvo el tiquete al Mundial de Italia 90 tras superar a Paraguay y Ecuador, en la fase de grupos, y luego en el repechaje a Israel.
En ese Mundial atajó un penalti contra Yugoslavia, pero en el tiempo extra del juego de octavos de final contra Camerún, cometió un error garrafal al perder una pelota con el veterano Roger Milla, quien lo aprovechó para marcar el 2-0 a favor de la escuadra africana.
Ninguno de sus compañeros, ni el cuerpo técnico, lo condenaron por ese error. Entendían que era el estilo de juego de Higuita, con el que se corrían muchos riesgos, pero con el cual también, como arquero líbero, salvó muchas veces a Colombia y con sus salidas de la portería para cortar avances rivales y eludir contrarios muchas veces levantó el ánimo del público y de sus mismos compañeros.
En la Copa Libertadores del 95 volvió a ser noticia en aquel partido de ida por las semifinales de Nacional contra River Plate en el que marcó un gol de tiro libre al ‘Mono’ Burgos, con el cual su equipo ganó 1-0. El paso a la final, en Buenos Aires, se definió por tiros desde el punto penal y allí Higuita volvió a vestirse de héroe al tapar el disparo de Matías Almeyda.
Pero la locura máxima de René Higuita fue el escorpión que realizó en el templo del fútbol que es el Wembley, durante un partido amistoso entre las selecciones de Colombia e Inglaterra, en 1995. Ese día se le ocurrió dar un salto y despejar con los pies un centro enviado por un jugador inglés.
Esa jugada lo convirtió en un ícono mundial. Donde quiera que va se la recuerdan y hasta le piden que la realice de nuevo, lo cual ha intentado, pero jamás volvió a salir igual que aquella noche en Wembley.
Con todas esas charreteras a cuestas, René Higuita vino a jugar al Junior en 2001. Volver a Barranquilla significaba para él revivir momentos gloriosos con la Selección Colombia en esa eliminatoria del 89 y sentir de nuevo el calor humano de la gente.
El técnico Norberto Peluffo, quien había trabajado con él en Nacional, no dudó en recomendar su contratación cuando se confirmó que Agustín Julio volvía a Santa Fe. Quería sacar provecho de la vasta experiencia del ‘Loco’ para el gran reto que tendría Junior ese año: su participación en la Copa Libertadores.
Higuita llegó procedente del Real Cartagena y con él también fueron contratados Carlos Asprilla, Wilson Pérez, el argentino Lucas Fantini y Luis Zuleta. Otro que se sumó al plantel fue el atacante Henry Zambrano, quien no alcanzó a ser inscrito para la primera fase de la Copa.
El debut de Higuita con Junior fue el 7 de febrero contra Rosario Central, en Barranquilla. Este partido lo ganó 3-1 el conjunto tiburón y allí el portero antioqueño alcanzó a mostrar parte del repertorio que lo hizo mundialmente famoso.
Higuita repitió en el pórtico del Junior contra Vélez Sarsfield, en Buenos Aires, el cual ganó 2-0 el equipo argentino. Antes de este encuentro tomó la vocería para pedirle al cuerpo técnico que llevara a Argentina a Lucas Fantini, quien no podía jugar por lesión. Dijo que si era necesario los jugadores asumirían el costo de los tiquetes. Finalmente el club accedió a que el argentino fuese incluido en la nómina de viajeros.
Estos fueron los únicos partidos que Higuita jugó con Junior en la Copa Libertadores. Por el torneo colombiano jugó por última vez con los rojiblancos el 4 de marzo en el triunfo 1-0 sobre Real Cartagena, en Barranquilla.
En la semana siguiente a este partido, Higuita se ausentó por varios días de los entrenamientos lo que molestó mucho al técnico Peluffo, quien expresó que no iba a tolerar actos de indisciplina a ningún jugador.
Higuita nunca dio la cara, lo cual irritó más a Peluffo, quien se sentía defraudado por el portero en el que había depositado toda su confianza. No obstante, el santandereano le dio un plazo hasta el viernes de esa semana para que el jugador se presentara, pero, a pesar de que fueron a buscarlo a su casa, jamás acudió al sitio de entrenamiento.
Solo apareció el martes siguiente, pero la decisión de Peluffo ya estaba tomada y era drástica: excluir a Higuita del equipo. Los dirigentes la respaldaron y cancelaron el contrato del antioqueño. A continuación, Peluffo anunció que el nuevo arquero titular del Junior sería Calixto Chiquillo.
El 15 de marzo, Junior derrotó 2-1, en Lima, a Universitario, resultado que lo dejó a las puertas de la clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores. Por esos días, Higuita, que antes del acto de indisciplina había vetado a la prensa barranquillera, concedió una entrevista exclusiva a la periodista Claudia Aguilar, de El Heraldo, en la que clamaba por una nueva oportunidad en el equipo rojiblanco.
Esas declaraciones incomodaron a Peluffo, quien al retorno de Lima respondió que el de Higuita era un caso cerrado. “La reacción de René es normal, cometió una falta y quiere que se le dé una nueva oportunidad, pero, según lo que dijo en la nota, parece que los equivocados somos el técnico y los directivos por haber tomado esta decisión”, expresó en ese momento el entrenador santandereano, a quien ni la mediación del senador Fuad Char le hizo cambiar de opinión.
“Yo no tomo una decisión para después decir que no. Parece que después que nos fuimos (a Lima) cambió toda la gente y el equivocado ahora es Peluffo. Nosotros pasamos a ser los irresponsables y sinvergüenzas porque la gente estaba en contra de la decisión que tomamos”, agregó.
La decisión no tuvo reversa e Higuita no volvió al Junior. La gran contratación para el 2001 solo alcanzó a jugar seis partidos con el equipo barranquillero.
Por Manuel Ortega Ponce