El fichaje estrella de Junior para 1988 fue Félix Cetré, un morocho puntero izquierdo tumaqueño que venía del Deportivo Pereira, en donde había cumplido una buena campaña. Llegó por recomendación de José Varacka, quien lo había dirigido durante el primer semestre de 1987 en el equipo matecaña.
A mediados de ese 87, Varacka había abandonado al Pereira para dirigir por cuarta vez al Junior. Ese año clasificó al conjunto tiburón al octogonal, pero no logró ubicarse en ningún puesto de privilegio. Lo más destacado en la liguilla final fue su triunfo 1-0 sobre Millonarios con gol de Didí Valderrama, que significó la única derrota del equipo albiazul, a la postre campeón del torneo.
Por Cetré, Junior pagó una cifra astronómica para la época: 45 millones de pesos. A muchos, entre esos Édgar Perea, le parecía una suma exagerada por un jugador que poco había trascendido en el fútbol colombiano. Por ahí comenzó el ‘Campeón’ a criticar duramente a Varacka, quien se defendía diciendo que conocía al jugador y lo que podía ofrecerle al Junior.
Perea no concebía que Cetré fuera el reemplazo de una auténtica figura como Didí Valderrama, quien había sido vendido al Atlético Nacional. Para entonces, Junior también se había desprendido de José Daniel Ponce, quien pasó al Unión Magdalena.
La llegada de Cetré al Junior no causó ninguna expectativa, como tampoco las otras contrataciones. Una de ellas fue el volante de contención argentino Ricardo Kuzemka y el lateral derecho Darío Castillo, quien también vino del Pereira por recomendación de Varacka. Castillo era apodado el ‘Ascensor’, que significaba que era un lateral que subía y bajaba constantemente.
El debut oficial de Cetré fue contra Sporting, rival de patio del Junior, que después de muchos años volvía al fútbol profesional. Su actuación, como la de todo el equipo rojiblanco, fue desastrosa. Con estadio lleno y taquilla para Junior, Sporting ganó 2-0 y fue aclamado por la propia hinchada juniorista, cuya mayoría terminó sabaleándose.
En la transmisión de ese partido, Perea fue implacable con Félix Cetré, a quien esa tarde bautizó ‘Chiquichá’, con lo quería decir que era un jugador que se volvía puros amagues y no producía nada para el equipo.
Ese apodo liquidó a Cetré, que cada vez que tomaba la pelota y encaraba a un rival, originaba que Perea dijera en su narración: “¡Chiqui, chiqui, chiquichá!”. “Un jugador que viene como refuerzo, y que costó 45 millones de pesos, tiene que ser mejor que los que están aquí, pero Cetré es un jugador ‘Chiquichá’”, repetía incansablemente Perea en sus transmisiones y en su programa ‘Comentando los deportes’.
Caló tanto el remoquete de ‘Chiquichá’, que hoy todavía, a cualquier jugador con características parecidas a las de Cetré, se le acuña el término.
Varacka dejó al Junior tras la tercera fecha del Torneo Apertura y Cetré se quedó sin su protector. Poco a poco fue desapareciendo de la formación titular. Para el segundo semestre asumió como técnico el ‘Zurdo’ López y tampoco lo tuvo en cuenta.
Cetré apenas duró un año en Junior y solo marcó un gol. Pasó después por Once Caldas (1989), Deportivo Cali (1990) y estuvo cinco temporadas en el Cúcuta Deportivo, de 1991 a 1995. Agobiado por las lesiones decidió retirarse del fútbol activo en 1996.
Por Manuel Ortega Ponce