El primer coqueteo de Carlos Valderrama con Junior fue un domingo de 1982, cuando jugaba en el Unión Magdalena y había venido a Barranquilla a disputar un clásico de la Costa. Ese día, Junior ganó 2-1, pero el ‘Pibe’, que ya sobresalía por su rubia melena, y su primo, Didí Valderrama, la pusieron como un corozo y se ganaron la admiración de los propios hinchas rojiblancos.
Un año después, en otro clásico que Junior le ganó 4-3 al Unión, el ‘mono’ volvió a ser figura y a despertar el interés del Junior, pero en ese momento no hubo arreglo con el equipo samario. Sin embargo, el jugador al que quería Junior era Didí y finalmente fue a quien compró por 25 millones de pesos, en 1984.
Ese mismo año, el ‘Pibe’ fue prestado a Millonarios, donde no se adaptó ni a Bogotá, ni al equipo, ni a la disciplina rígida de Jorge Luis Pinto. Su salvación llegó cuando fue cedido en préstamo en 1985 al Deportivo Cali, donde bajo el mando de Vladimir Popovic se convirtió en figura del fútbol colombiano.
El Cali adquirió sus derechos deportivos y comenzó así una carrera vertiginosa hacia el éxito. Fue a la Selección Colombia, donde Francisco Maturana le entregó el brazalete de capitán, fue escogido el mejor jugador de América en 1987 y un año después fue transferido al Montpellier de Francia. Posteriormente fue al Mundial de Italia 90 y luego de ese torneo pasó al Valladolid de España.
A comienzos de 1992 volvió a Colombia a jugar con el Independiente Medellín y a finales de ese año Fabio Poveda celebró sus 25 años de carrera periodística con otro partido entre cachacos y costeños (había organizado uno en 1983 para celebrar los 10 años de su programa), donde estuvo el ‘Pibe’ y casi toda la Selección Colombia de esa época.
Cuentan que, en la fiesta de celebración, en una mesa, se reunieron Édgar Perea, Fabio Poveda y Julio Comesaña, entonces técnico del Junior, y empezaron a moldear la nómina del equipo para el 93. Entre los nombres que sugirieron figuraban el del ‘Pibe’, el de Alexis Mendoza y el de Miguel Guerrero.
En los primeros días de enero de 1993, cuando aún estaba de vacaciones en Santa Marta, el ‘Pibe’ recibió una llamada de Medellín, donde le dijeron que viajara de inmediato a la capital antioqueña. El ‘Pibe’ llegó a las oficinas del DIM y allí le dijeron que debía presentarse a Barranquilla y arreglar con Junior, que había comprado su pase.
La noticia sorprendió al ‘Pibe’, pero al mismo tiempo lo alegró. Era lo que había soñado toda su vida: jugar en el equipo grande de la Costa. El arreglo del contrato lo hizo vía telefónica, ahí mismo en las oficinas del DIM, con Antonio Char y no duró más de cinco minutos. El primer día de la pretemporada se encontró con Comesaña y enseguida le dijo: “Nojoda, Julio, ¿tres equipos y no vamos a dar la vuelta?”, refiriéndose a que lo había tenido como técnico en el Cali, en el Medellín y ahora en Junior.
Esa fue la primera meta que se puso el ‘Pibe a su llegada al Junior: salir campeón por primera vez en Colombia, algo que no había podido lograr con el Cali, a pesar de haber conformado grandes equipos.
La contratación del ‘Pibe’ fue un acontecimiento en Barranquilla. Se dio en plena guerra entre Fabio Poveda y Édgar Perea. El primero se había ido de Radio Mar Caribe, de propiedad de Perea, para Emisora Atlántico y el ‘Campeón’ le estaba dando hasta con el balde por tomar esa decisión.
Como promoción del nuevo combo deportivo de Emisora Atlántico, Poveda mandó a elaborar unos afiches con la foto del ‘Pibe’ junto a Víctor Danilo Pacheco, los cuales regaló a los oyentes de la emisora. La ‘Sociedad del Talento’, le colocó de título al afiche.
En el primer semestre, Junior peleó el título del Apertura con el Once Caldas, que se coronó campeón y ganó el punto de bonificación. En el segundo semestre, el ‘Pibe’, con la Selección Colombia, logró el cupo al Mundial de Estados Unidos 94, tras la inolvidable goleada 5-0 a Argentina, en Buenos Aires, y nuevamente fue elegido el mejor jugador de América.
En su vuelta al Junior, les reiteró a sus compañeros que nunca había salido campeón en Colombia y les pidió que dieran su máximo esfuerzo para conseguir el título, hecho que se consumó el 19 de diciembre con la épica victoria 3-2 sobre América, con el célebre gol de Oswaldo Mackenzie, tras un pase magistral del ‘Pibe’.
Unos días antes, el samario había contribuido a la conquista de ese título con el gol que le dio el empate 3-3 a Junior ante Atlético Nacional, en Medellín, después de haberse ido perdiendo 3-0 al término del primer tiempo.
En el primer semestre de 1994, el ‘Pibe’ se dividió entre la participación con Junior en la Copa Libertadores y la preparación para el Mundial de Estados Unidos, que estuvo a punto de perderse debido a una grave lesión que sufrió en un partido amistoso. De este último se devolvió en primera ronda y con Junior llegó hasta semifinales de la Copa. En el torneo colombiano tampoco pudo acceder al cuadrangular final, al ser eliminado con dos fechas de antelación por América, que le ganó 1-0 a Junior, en Barranquilla, con gol de Rubén Darío Hernández.
Su revancha la tuvo en el Torneo Nivelación de 1995, en el que Junior quedó campeón tras una cerrada lucha con América. En enero de ese año, el ‘Pibe’ había viajado a Argentina para vincularse a Newell’s Old Boys, pero de allá se regresó porque le incumplieron con el pago de un dinero que había pedido por adelantado. El samario hasta alcanzó a ser presentado oficialmente como nuevo jugador del equipo rosarino.
Aunque al principio no estaba en los planes del técnico ‘Piscis’ Restrepo, el ‘Pibe’ se reincorporó al Junior y fue vital para la consecución de la cuarta estrella, cuya conquista, en Bogotá, no quiso celebrar por la rabia que le dio haber perdido 3-1 el último partido contra Santa Fe. Una fecha antes, un gol suyo para la victoria 1-0 sobre el Quindío, fue clave para obtener el título.
En Junior jugó hasta febrero de 1996, cuando fue transferido a la Major League Soccer, en la que jugó hasta su retiro, en 2002. Un retiro que el ‘Pibe’ pensaba que se iba a dar en el equipo tiburón, del que no quería irse, pero dice que notó que había un desespero por venderlo y por ello terminó aceptando la oferta del fútbol estadounidense.
“Soy hincha del Unión Magdalena, pero me enamoré del Junior”, es una frase que sintetiza el amor del ´Pibe’ Valderrama por la divisa rojiblanca, a la que volvió en 2007 como mánager general y la que todavía siente, le duele y defiende a donde vaya.
Por Manuel Ortega Ponce