Como si no hubiese bastado con el ridículo ante el Cádiz, el pasado sábado, el Real Madrid volvió a caer en casa, esta vez por la Liga de Campeones ante el Shakhtar Donetsk, plagado de bajas por contagios de coronavirus, que lo derrotó 3-2 en el estadio Alfredo Di Stéfano.
El primer tiempo fue de terror para los dirigidos por Zinedine Zidane, que dejó en el banquillo a jugadores como Karim Benzema, Toni Kroos y Vinicius Junior pensando en el clásico del próximo sábado en el Camp Nou contra el Barcelona.
Y lo pagó caro Zidane porque en el primer tiempo el Shakhtar le pasó por encima y con goles del brasileño Teté (29), Varane en contra (32) y el israelí Manor Solomon (42) se retiró con un 3-0 a favor al descanso.
Para el segundo tiempo, Benzema ingresó por Rodrygo y Luka Modric con un bombazo desde fuera del área descontó para el conjunto merengue (54).
En el 59 Vinicius sustituyó a Jovic y apenas a los 14 segundos de estar en el campo el brasileño anotó el segundo que puso a soñar a su equipo con la igualdad.
Toni Kroos entró por Modric, pero la intensidad del Real Madrid, que había pasado sofocos con los contraataques del Shakhtar, poco a poco fue diluyéndose.
En la última jugada del partido (minuto 92), Real Madrid alcanzó el empate con un disparo desde fuera del área del uruguayo Federico Valverde. La acción fue revisada en el VAR por el árbitro Srdjan Jovanovic, quien la invalidó por fuera de lugar de Vinicius.
Allí murieron las esperanzas del Real Madrid de salvar otro papelón como local. Mal comienzo del equipo español en la Champions, en un grupo donde no la tiene nada fácil para avanzar con rivales como el Inter de Milán y el Borussia Möenchengladbach.