El Cesar y principalmente Valledupar, llamada ciudad de los santos reyes, son centro del flagelo de la delincuencia en la región Caribe. Empresarios, ganaderos, comerciantes y la ciudadanía en general, viven bajo la zozobra de salir a las calles y sufrir atracos, extorsiones y demás tipo de delincuencia que azotan al departamento por estos días.
La comunidad manifiesta a viva voz, que las distintas modalidades delictivas que se encuentran enquistadas, como asalto a transeúntes, mujeres con arma blanca, trasteo forzado y desocupación de vivienda frente a los propietarios, micromenudeo, abigeato, guerra de pandillas, extorsión telefónica, robo de cultivos en las parcelas, entre otras son algunas de las denuncias y señalamientos que realizan, así como la toma del poder por parte de grupos al margen de la ley y bandas criminales, genera más pánico que la pandemia del COVID-19.
Y es que la pandemia, lastimosamente, también hizo que la delincuencia se “reinventara”, así como tuvo su reactivación, cosa que lastimosamente las autoridades no han podido hacer, siguen en cuarentena estricta y la padecemos los ciudadanos, por lo cual la Paloterapia ha sido “una solución” para las comunidades, urgidas de justicia y aburridas del vandalismo, que son retos ante los cuales las autoridades no tienen una respuesta oportuna, eficaz y sensata.
En el Cesar y especialmente en Valledupar, no se garantiza la seguridad y convivencia de los ciudadanos, no se cumplen las medidas y los bandidos hacen y deshacen, porque las autoridades atienden otros riesgos, tales como perseguir al ciudadano de a pie, el que se rebusca, el de las ventas ambulantes, el moto taxi o el taxista, el que trabaja con inDriver, etc, etc, etc.
Las autoridades no dan abasto ante la ola delictiva, incluso el Alcalde, Mello Castro, se pronunció hace algunos días con una carta exigiendo a la Policía Nacional, mayor eficiencia en el combate contra el hampa.
Por otro lado, un claro ejemplo, fue el repudiado hecho donde Naylin Morón, una joven de 28 años, fue baleada en su rostro en medio de un atraco en el barrio Arizona de Valledupar; además de Roselly Vanesa Gómez, quien resultó herida de un balazo en una pierna al quedar en medio de una persecución policial contra ladrones que habían cometido un robo en inmediaciones del barrio 7 de Agosto. Dos de los tantos casos más conocidos en este año, para ser más de 600 los denunciados.
Tras esto, es evidente la incompetencia de las autoridades y que poco o nada ha servido el cuerpo entregado a la Policía del Cesar hace poco para combatir la delincuencia, porque la pillería sigue creciendo a pasos agigantados en la ciudad de Valledupar.
Por ello, exijo en nombre de todos los cesarenses que la Policía Nacional debe amarrarse bien los pantalones y salir a las calles a buscar y atrapar a los delincuentes, más allá de perseguir a las personas de bien, que trabajan incansablemente para progresar en medio de un país, agobiado por la maldad. Asimismo, hago un llamado a la máxima autoridad de la ciudad, Señor Alcalde, por favor fortalezca todas las estrategias y ajuste lo que tenga que ajustar para que no sigan perturbando a toda nuestra comunidad.
Nos están matando, pasamos a ser la ciudad de los dueños de lo ajeno y si no lo entregas rápido te disparan.
No más inseguridad, no más muertes.
Por: Dr. Álvaro Portilla
Instagram: dralvaroportilla
Twitter: dralvaroportm
Facebook: Álvaro Portilla Molina