La compleja situación que vive Barranquilla y el Atlántico por cuenta de la COVID-19 ha sido señalada a nivel nacional como una consecuencia evidente e inevitable de la falta de cultura ciudadana, acudiendo a la reputación de “pueblo recochero” que tiene la gente de este territorio, pero esto no es más que una explicación “simplista, moralista, insuficiente y anticientífica” del problema que “solo ha servido para estigmatizar al departamento”.
Así lo dijo Thierry Ways en su columna ‘El covid en el Atlántico’ de El Tiempo, en la que argumenta que la indisciplina social no es exclusiva del Atlántico y que la razón por la cual Barranquilla es, entre las principales ciudades del país, la de más casos y muertos con relación a su población, no es tan sencilla. “Si queremos llegar al fondo del problema, hay que considerar otras variables”, precisó.
El columnista pone sobre la mesa el tema de la estigmatización del departamento (que también es conversación nacional en estos tiempos) y la desecha como una incapacidad de analizar la crisis en toda su extensión.
“Que nadie se ofenda, pero no creo que tengamos más o menos ‘cultura ciudadana’ que el resto de la región Caribe. Y, sin embargo, nuestras cifras de covid son dramáticas, lo que sugiere que la incultura no basta como explicación”, expuso Ways en su escrito.
Thierry mencionó algunas variables que pueden estar confluyendo a nivel local y propiciando las situaciones perjudiciales para la rápida propagación del coronavirus.
“La prevalencia del mototaxismo como medio de transporte, ya que el virus puede pasar fácilmente del conductor al pasajero por la brisa, además del riesgo que supone el uso compartido de cascos; la densidad poblacional, que en el área metropolitana de Barranquilla es de las más altas del país; el número de personas que viven en cada hogar, que en el Caribe es mayor que en el centro de Colombia; las debilidades administrativas y sanitarias que arrastramos, y, por supuesto, las elevadas tasas de pobreza e informalidad de la región, que obligan a las personas a literalmente salir a rebuscarse la vida”, anotó.
Sin embargo, para él todos estos factores aún son insuficientes y agregó otro que le dio “un empujón adicional que le impartió velocidad al contagio local”, y que pudo ser “una siembra más significativa de casos importados (durante el carnaval de febrero, por ejemplo) o el vínculo cercano, que no turístico, que Barranquilla, una ciudad de inmigrantes, mantiene permanentemente con viajeros del exterior”.
En conclusión, Thierry Ways destaca que la “falta de cultura ciudadana” no es más que una explicación que favorece la estigmatización y nos aleja de la verdad. Lo difícil es saber si lo que pasa en Atlántico es una “anomalía o un presagio” y que por esta dura crisis también pasarán las demás regiones del país en fila.