Con la dupla ChaTeo, que burlaba y enamoraba; con jugadores de calidad como Víctor Cantillo y la entrega de Leonardo Pico, entre otras buenas muestras de fútbol, Junior prometía pelear, al menos hasta el final, los tres torneos que disputaba: la Copa Águila, Liga Águila y la Copa Sudamericana.
La primera la ganó casi sin despeinarse. Pero en cuatro días el barco que timoneaba Julio Comesaña se hundió estrepitosamente.
Lo que prometía ser una campaña inolvidable terminó siendo un rotundo fracaso.
El jueves había quedado eliminado de la Copa Sudamericana en la semifinal y este domingo cayó en penales, por los cuartos de final de la Liga, con América, un equipo que estuvo a pocas fechas de descender a la segunda división.
De la gloria al infierno, del éxito al fracaso. Así pasó Junior este semestre, el favorito de todos, el de la mejor y más costosa nómina y el que quedó eliminado. Y así fue el partido ante América.
Empezó ganando a los 20 minutos con un gol de Teófilo Gutiérrez, le empató Juan Camilo Angulo, se puso en ventaja antes de terminar el partido con Germán Gutiérrez y faltando cuatro minutos para el final Viera se equivocó en una salida y América cobró. El partido, empatado 2-2, se definió en penales.
Desde los 12 pasos Viera atajó un cobro, Teo y James Sánchez anotaron, pero Yimmy Chará y Matías Mier botaron los suyos.
América se impuso 4-2 en la tanda de penales y celebró. Martínez Borja, uno de las delanteros más limitados del fútbol colombiano, celebró mostrándole su camiseta a la tribuna sur, como hizo Messi en el Bernabéu.
Lo que ofende es que él no es Messi ni América el Barcelona. Y duele que Junior, con dos jugadores que costaron casi 7 millones de dólares, quedara a mitad de camino de un torneo que dominó de principio a fin y del que terminó líder.
Las gambetas, las tardes de goles, fútbol y aplausos quedarán en el recuerdo de la gente. Será lo único que quede de este semestre, porque en el escudo de Junior no se pudo bordar una estrella más.