Lo que parecía un problema sanitario sin grandes complicaciones al otro lado del mundo, se convirtió en la calamidad de nuestra era, la COVID-19: una pandemia sin precedentes que preocupa por la rapidez en su contagio y que abraza casi en su totalidad al planeta dejando como resultado millones de infectados y cientos de miles de muertos.
Es por esto que muchos gobernantes alrededor del mundo, tuvieron que imponer medidas drásticas para evitar la rápida expansión del coronavirus en sus territorios, como cuarentenas obligatorias, cierre de muchos sectores importantes de la economía, cancelación de eventos deportivos, en pocas palabras, tuvimos que cambiar por completo la forma en la que vivíamos, y las cosas que hacíamos.
Ahora los países confinados enfrentan a una situación quizá aún más compleja que la misma pandemia, ¿cómo reactivar gradualmente la economía y volver un poco a la “normalidad” sin que se disparen los contagios?
No hay consenso en cuanto al tiempo que tendremos que esperar para volver a la normalidad, muchos expertos dicen que tal vez más de un año, otros alegan que debemos acostumbrarnos al nuevo mundo que nos trajo la COVID-19, lo cierto es que mientras se trabaja en una posible cura o algún tratamiento para minimizar los efectos de la pandemia, debemos acatar las medidas implementadas y acogernos a nuestra nueva realidad.
Las aglomeraciones desaparecerán por un buen tiempo, es decir, conciertos, eventos deportivos, conferencias y demás, todos estos grandes espectáculos tendremos que verlos por medio de una pantalla desde nuestras casas, filas en lugares de comercio, bancos, y oficinas de envíos es la nueva modalidad de atención, uso de tapabocas y dejarnos tomar la temperatura en los diferentes lugares donde pretendamos entrar, será por mucho tiempo nuestro día a día.
En algunos países que ya han aplanado la curva de contagios del coronavirus, han permitido la apertura de bares, playas y parques solo si se cumplen con las medidas de prevención.
En Italia, por ejemplo, se abrieron restaurantes desde el pasado 18 de mayo, bajo estrictas medidas como ir con reserva previa, pagos con tarjetas, desafección en la entrada y en la salida, y por supuesto, siempre el uso del tapabocas antes y después de la comida.
En Francia, por su parte, impuso medidas para la reapertura de playas, como guardar distancia de cinco metros entre sombrillas y también en el agua, entradas y salidas por sitios diferentes, no habrá juegos en grupos, y en muchas playas públicas, las autoridades delimitaron el espacio con cintas para poder controlar la capacidad máxima de personas.
Así mismo, en parques de Nueva York, se han pintado círculos en el césped donde las personas se reúnen en esta época del año, para controlar el distanciamiento social.
También, muchas barberías, gimnasio y restaurantes, están adecuando sus instalaciones con paredes de plástico para que sus negocios no se conviertan en focos de contagios evitando el contacto social entre clientes. ¿Será que este es el futuro de Colombia? ¿En cuánto tiempo será una realidad?