Bogotá. – Tras recibir reportes relacionados a posibles fallas de seguridad en el único reactor nuclear del país, el IAN-R1, la Procuraduría General de la Nación (PGN) decidió realizar una visita técnica a las instalaciones del Servicio Geológico Colombiano (SGC), y solicitarle a esta entidad, encargada de la operación de la central, un informe detallado al respecto.
El IAN-R1, que llegó a Colombia en 1965 como un gesto de cooperación por parte del gobierno de Estados Unidos con la intención de promover el uso de la energía nuclear, se convirtió en objeto de escrutinio debido a su potencial impacto en la infraestructura y la seguridad pública. La Procuraduría se ha embarcado en una investigación exhaustiva para esclarecer la situación que fue denunciada ante el ente de control por un funcionario del mismo SGC.
De acuerdo con lo que dio a conocer la PGN a través de un comunicado, este 9 de octubre, un equipo técnico de la delegada para Asuntos Ambientales, Minero Energéticos y Agrarios realizó una visita a las instalaciones del SGC en Bogotá, con el objetivo de inspeccionar los controles y mecanismos de seguridad en el reactor.
Durante la inspección, el equipo requirió el acompañamiento del director del SGC, Oscar Paredes Zapata, para que proporcionara información detallada sobre las supuestas irregularidades señaladas por el empleado de la entidad.
Así mismo, a Paredes se le exigió confirmar al órgano de control, en qué grado de riesgo pusieron a las personas y a la infraestructura de la entidad las situaciones ocurridas, aclarar cuáles fueron las medidas de manejo adoptadas con ocasión de los eventos descritos en el reporte y, finalmente, ratificar al Ministerio Público la seguridad de la operación del reactor nuclear en la actualidad.
Ahora bien, por su parte, el Servicio Geológico Colombiano ha respondido a las alegaciones de la Procuraduría, señalando que la solicitud de información fue presentada el 2 de octubre pasado, y que tras la visita técnica realizada por la delegada para Asuntos Ambientales, se ha comprobado que la instrumentación y control del reactor cumplen con los estándares internacionales de seguridad. En su comunicado, aseguran que no existe ningún riesgo de accidente nuclear o radiológico relacionado con las supuestas fallas.
Adicionalmente, se destaca que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha realizado inspecciones periódicas en las instalaciones del reactor para evaluar el combustible nuclear y garantizar que su uso sea pacífico y seguro. La última inspección, realizada en octubre de 2022, confirmó que la operación del reactor está en línea con los compromisos internacionales en materia de energía nuclear.
El IAN-R1, a pesar de ser uno de los reactores más pequeños en comparación con estructuras notorias como la de Chernóbil, juega un papel significativo en la investigación académica en Colombia. Genera 30 kilovatios técnicos y se caracteriza por su estructura que incluye una piscina de cinco metros de profundidad, que utiliza agua para moderar la radiación, esencial para la seguridad de su funcionamiento.
En su interior, se encuentra un núcleo metálico con barras de combustible de uranio-235 que permiten realizar irradiaciones controladas y analizar muestras de elementos como rocas, lo que lo convierte en una herramienta valiosa para investigaciones científicas.
La situación actual plantea preguntas sobre la seguridad y el mantenimiento de la infraestructura nuclear en Colombia, lo que requerirá una respuesta cuidadosa y fundamentada por parte de las autoridades y expertos en el campo. La Procuraduría continuará su investigación para garantizar la integridad y la seguridad de la población y el medio ambiente en relación con el reactor nuclear nacional.
Por: El Heraldo