La empresa Electricaribe reiteró las dificultades que existen en el Centro de Barranquilla para la atención de daños y la problemática por la manipulación de las redes eléctricas. Algunas personas para tomar la energía utilizan hasta cables telefónicos para evitar que sean detectados.
Esto implica que las pérdidas por robo de energía de las ventas informales superan los 50 millones de pesos al mes. Para el caso del mes de diciembre se incrementarían en $75 millones.
Para el caso de las averías, algunas solo pueden ser resueltas en horas de la madrugada, pues las “chazas” de ventas informales impiden la circulación de los vehículos con los técnicos.
Adicionalmente por la ubicación de los vendedores, los operarios no pueden poner sus escaleras al lado de los postes o trabajar con las condiciones de seguridad exigidas por cuanto algún elemento puede caer y ocasionar un accidente.
“El tema es sumamente complejo, pues hasta las labores de lavado se dificultan porque los vendedores no permiten que caiga agua en sus chazas porque les afectaría su mercancía”, dijo la Gerente de Electricaribe seccional Atlántico, Betty Yadira García.