El defensa central del Once Caldas, Andrés Felipe Correa, quien tuvo que ser hospitalizado de urgencia el pasado jueves tras sufrir un duro golpe en la cabeza tras chocar con el jugador del Deportivo Cali, Danny Rosero, contó cómo fueron los momentos que vivió desde el impacto hasta que llegó al centro asistencial donde lo atendieron.
El ‘Pecoso’, quien sufrió un trauma craneoencefálico sin pérdida de conocimiento y fue dado de alta el viernes, tendrá una incapacidad de 15 días y adelantará su proceso de recuperación en Manizales.
“Me acuerdo completamente de todo, lo que más tristeza me dio es que cuando me vi la mano untada de sangre pensé que me tenía que salir del juego y sabía que no podía volver a entrar”, dijo Correa, de 35 años, a Futbolred.
El antioqueño, al que le tomaron 25 puntos de sutura en la cabeza, dijo que nunca perdió el conocimiento. “Todo el tiempo estuve bien, después del golpe en la cara no vi la reacción de los muchachos porque la sangre se me fue a los ojos y no los podía ver, pero los escuchaba a todos. Fue un golpe muy duro e impactante”.
El ‘Pecoso’ aclaró que en el estadio del Deportivo Cali sí había ambulancia, pero probablemente los paramédicos no sabían dónde estaba ubicada y por ello se demostró su traslado hacia la clínica.
Dijo que la jugada en que sufrió el golpe fue fortuita y exoneró de toda culpa a Danny Rosero, con quien dialogó en la clínica. “Danny estaba más mareado que yo porque él no tuvo herida y en esos golpes es más complicado”.