Pedro Pablo Montoya, alias Rojas, el exguerrillero de las Farc asesinado a la una de la tarde de este sábado en la vereda La Unión, a cinco kilómetros del municipio de Manzanares (Caldas), tenía problemas de linderos con finqueros vecinos a su predio, en el que se dedicaba a la piscicultura.
Este podría ser el origen de su muerte a balazos, según se desprende de las investigaciones iniciales de las autoridades.
Alias Rojas adquirió notoriedad cuando el 3 de marzo de 2008 se presentó a la Octava Brigada del Ejército, e informó que acababa de matar a su jefe en ese grupo subversivo: Manuel De Jesús Muñoz Ortiz, alias Iván Ríos.
Para darle toda la credibilidad a su dicho alias Rojas le cercenó la mano derecha a ‘Ríos’, la que les entregó a los militares para que confirmaran sus huellas dactilares. También les suministró la cédula y el computador portátil del jefe guerrillero.
El propósito del asesinato era cobrar la recompensa de $2 mil millones que el Gobierno ofrecía por Ríos, a la sazón comandante del frente 47 de las Farc que operaba en el nordeste antioqueño, y además miembro del estado mayor del entonces grupo alzado en armas.
‘Rojas’ hacía parte del esquema de seguridad de ‘Ríos’, y lo mató mientras este dormía, según información de la época.
La acción de ‘Rojas’ tuvo muchas voces en contra, por lo cual fue enjuiciado y condenado a prisión.
En 2018 recobró la libertad y se residenció en Manzanares (Caldas), donde tenía un predio al parecer dado por el Gobierno en el que se dedicaba a la cría de peces.
Alias Rojas contaba además con un esquema de seguridad oficial de dos escoltas y vehículo blindado, facilitado por la Unidad Nacional de Protección (UNP) del ministerio del Interior.
Al momento del homicidio permanecía sin su cuerpo de escoltar que había abandonado días atrás, informó la Policía.
‘Rojas’ caminaba junto a su compañera permanente y dos adultos mayores, tras haber salido de su finca Villa Fernanda en el kilómetro 5 de la vía entre Manzanares y Marquetalia, cuando dos encapuchados le dispararon por la espalda.
Las autoridades andan tras la pista de los asesinos, pero la línea investigativa del móvil apunta a los enfrentamientos que sostenía en la región con otros dueños de tierras.
Sin embargo, la compañera sentimental que sobrevivió al momento en que lo mataron, manifestó que no tenía amenazas.