Hace dos años, Lainiker Bolaño Lubo pateaba balones y remataba al arco con tantas ganas de cumplir su sueño.
Acababa de regresar de Centroamérica, donde jugó con Limeño de El Salvador y Ocotal de Nicaragua, ambos equipos de primera división.
En Colombia ya había jugado en la Liga de Fútbol del Atlántico con varias escuelas de Barranquilla. Se entrenó con el Unión Magdalena y cuando estaba a punto de concretar su vinculación al equipo B, la vida le jugó una mala pasada y lo cogió en fuera de lugar.
El primero de enero de 2016 recibió dos disparos en una riña, que le truncaron los sueños de construir una carrera llena de éxitos.
“Me tocaba regresar el 3 de enero a Santa Marta, lamentablemente el accidente ocurre el 1, no pude seguir con mi carrera, con mis sueños”, relata Lainiker, que debe su nombre al mítico futbolista inglés Gary Lineker.
De ese episodio desafortunado prefiere no hablar. Su energía solo la centra en poder recuperarse y levantarse de la silla de ruedas en la que quedó.
“A veces siento cosquillas en los pies, la movilidad en mis piernas no la he perdido, pero para poder recuperarme necesito realizar mis terapias intensivas”, dice.
Y es justamente eso lo que Lainiker no ha podido continuar haciendo. La falta de recursos le impide a este joven de 26 años seguir su tratamiento de rehabilitación. Vive en Villa Blanca, sur de Barranquilla, y el centro de terapias queda en el norte. Para poder movilizarse debe hacerlo en taxi y las jornadas de recuperación son dos veces al día.
“Hacemos un llamado a las autoridades como la Alcaldía y Gobernación para que miren hacía acá. Este es un joven que entregó su vida por el deporte, representó muchas veces al departamento en campeonatos de fútbol, y es la oportunidad de tenderle la mano”, expresa Augusto Amaya, vecino del sector.
La familia ha solicitado a la EPS la colaboración, pero no le dan respuestas.
” Hemos pedido a Salud Total que nos facilite un transporte, una ambulancia o algo en lo que pueda trasladarme hacia el centro de rehabilitación, pero no ha pasado nada. Ellos están en la obligación de brindarme en todo sentido una salud integral”, afirma el joven.
Lainiker Bolaño Lubo tenía una promisoria carrera como futbolista. Quienes tuvieron la oportunidad de entrenarlo y compartir con él, destacan sus buenos regates y certeros remates al arco.
“Hablar de Lainiker es hablar de calidad, de destreza. Un delantero de esos como el Pipa De Ávila, ‘La Gambeta’ Estrada, esos jugadores de extremo, buen jugador y amigo”, asegura Erney De Ávila, entrenador de la escuela Tigres, donde dirigió a Bolaño.
Los deseos de jugar en el equipo de su tierra se esfumaron.
“Como todo barranquillero soñé con jugar en Junior, el equipo de mis amores, el equipo del pueblo. Es triste porque el enemigo de uno es el tiempo. Esta carrera es corta y el tiempo pasa”, sostiene con evidente dolor.
Hoy Lainiker, desde una silla de ruedas, libra una batalla para poder recuperarse.
Sus vecinos y amigos, los que pensaban algún día pagar la entrada para verlo triunfando en el fútbol, hoy reúnen entre ellos para ayudarlo a triunfar en la vida.
“Queremos sensibilizar a todos nuestros vecinos e invitarlos a que nos acompañen este 31 de diciembre a un homenaje a este joven talento. Tendremos diferentes actividades, entre ellas un partido de fútbol que contará con la presencia de varios jugadores amigos de Lainiker que han querido unirse a esta bonita obra”, expresa Jhon Ramírez, amigo de Lainiker.
El partido será en la cancha del barrio Moderno desde las 9 de la mañana.